Estamos esperando un infarto
súbito y sin responsables
para justificar la obsesión
de jugar a la matrioska
Le sacamos el cuerpo
inumerablemente
para develar en ella
lo que ocultamos de nosotros
Nos estamos encargando de dar paso
al río de las angustias
a rellenar nuestras turbinas
generadoras de santificación
Transmitimos miedos
conducimos ansiedad
nos preocupamos de evitar
(por ningún motivo)
que se arranque la chispa de la vida
Nos estamos satisfaciendo con almacenar
en el cuerpo hueco de la madre
nuestros dolores, y pintarla
con tal que no se note
lo trizada, lo rellena
lo humanizada que la tenemos.
Monday, March 14, 2011
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1 comment:
Siempre ese estilo tan tuyo. Podria leerlo en un grafiti en kazajastan y sabria que eres el autor.
Te voy a regalar un jueguito ruso de esos...para que te envuelvas y te desnudes cuando quieras.
Sé que la última vez que levanto mi matrioska, la más interna, te veo
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