FC the begins!

   
       
       ¿Hablamos de lo mismo, sin mencionarlo no?

Claramente vivimos en una democracia cerrada de pensamiento,
donde decimos algo pero actuamos de forma contraproducente,
y terminamos entendiendo obligaciones en vez de razones.
Un claro ejemplo de esto es el sexismo [Lo podríamos definir como
norma moral que crea estereotipos de personas según su género
(Hombre/mujer)], el cual denota de forma clara que nuestras realidades
no están expresadas en el ser como uno es, sino en un “debe ser” como
por ejemplo, “El hombre usa cabello corto”, “las mujeres están menos
capacitadas para el trabajo”; y estas reglas morales solo nos hacen perder
la esencia como seres de mentalidad autosuficiente ( que quiero decir?,
que NO necesitamos una norma para saber como comportarnos).
Aun así, podríamos decir que lo dicho anteriormente no es más que
una apreciación mía, pero claramente el hecho de dejar a una presidenta
gobernar, dar el voto, crear una mejor vida femenina es un cambio cultural,
pero... ¿HASTA DONDE?, a veces el manejo de las libertades físicas
del trabajo no son más que alegorías para quedar bien., mientras que uno
se queda con el sabor de una realidad enmascarada de mentiras. Seamos
consecuentes frente a nuestros ideales y busquemos una real solución a la
problemática y no le demos anfetaminas.
“Demos la cura, no el remedio”









Manuel Rodríguez.