Saturday, June 13, 2009
Leche derramada
Malditos sean, sus gritos
maniacos, por mi leche
veo su docilidad patrística
reemplazando me
Y no es el desapego
el que me quema
sino estas tetas sangrantes
llenas de deuda nocturna
por eso tomo el diario, y los omito, a ambos.
Agobia
criarLO y reformarLO
AmamantarLO y cuidarLO
enmudecería al llanto o
enterraría al Rambo
lo haría con tal,
de esfumarlos.
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